Las vibradoras rectangulares se distinguen de otros dispositivos gracias a la forma de canalón de su cámara de trabajo, la cual permite el tratamiento de piezas de distintas formas, en particular elementos largos cuyas dimensiones no permiten tratarlos en las vibradoras circulares. El aparato está indicado para desengrasar, desbarbar, esmerilar, desbastar y realizar acabados.

Su funcionamiento se basa en producir vibraciones mecánicas mediante un motor con contrapesos. La cámara de trabajo, una vez se encuentre en movimiento vibratorio, provoca la interacción de las piezas con la carga.

Debido a las características de su funcionamiento, estos aparatos son perfectos para operaciones de desbastado, en especial si se utilizan materiales cerámicos de alta abrasión. Como resultado, se consigue una estructura homogénea carente de aristas y bordes afilados. Las vibradoras rectangulares, conocidas comúnmente como „desbarbadoras”, son capaces de eliminar la rebaba del material en menos de 20 minutos. Además, el alisado de la superficie puede durar menos de unas horas.

Las vibradoras rectangulares  pueden eliminar sin problemas los rebordes, rectificar y redondear los bordes afilados y eliminar las capas superficiales del óxido resultante del corte con láser o de la grasa sedimentada sobre la superficie del material. Estos aparatos sirven en mayor medida para tratar objetos con rebabas, ya que su objetivo principal es desbarbar. También funcionan a la perfección a la hora de llevar a cabo alisados abrasivos en los que se busque otorgar a la superficie la aspereza deseada. Pueden utilizarse para el tratamiento en masa de materiales de distintas formas, y si elegimos los parámetros adecuados, también para el tratamiento de elementos planos que tiendan a pegarse entre ellos o a las paredes del recipiente de trabajo.

Como abrasivo se suelen utilizar materiales cerámicos y resinosos. El proceso tecnológico cuenta con el apoyo de un fluido de tratamiento adecuado para intensificar el proceso.